COMO
Hoy mi lápiz se desliza entre tantos papeles,
no se si gritar de miedo, o llorar,
miro a mi alrededor y nada cambia, ellos, ellas, tu…
Tengo miedo a vivir,
a no ponerme en el camino exacto como hice contigo.
No sabes como duele,
creer en la gente y que luego te falle,
como duele tu mirada,
como duele tu risa,
como duelen tus gestos.
Cómo me puedes pedir,
que mezclemos, un caramelo entre
tus labios y mis labios y pasadas unas
horas te vayas a dormir con ella.
Cómo puedes definir la palabra justa y anhelada,
para no perjudicar a nadie.
Cómo contarte mis ilusiones,
y mis secretos si ya no eres mi confidente.
Como volver a creer en ti.
Cómo puedes mirarme a los ojos,
y decirme que te pasa?
y acabas de besar intensamente otros labios.
Cómo me destrozas, dónde habita
Tú engaño tú mentira.
Qué pretendes demostrar!!
Cómo duele pensar,
que soy tu pasatiempo
tu niña llena de llanto,
tu susurro que no sabes respetar,
me confundes, y no me dejas razonar,
Me fijé en la limpieza de tu mirada,
me sedujo, pero sé que no tendré
besos de colores, ni abrazos delicados,
ni suspiros en cada beso.
Sólo tendré un irónico,
Que nunca entenderé.
El Desvan del Duende - Pa mi rumba (Increible pero cierto)
Abro tu página de color negro,
observo la foto, cada frase,
cada palabra, cada momento, cada
instante se hace mío.
Anhelo tus suspiros,
recorro tus ausencias pero…
me llevas a mi rincón,
me embriagas con tu texto,
tu música me lleva al universo.
Por un momento, te haces
donante de palabras, te plagio
en mi pensamiento
para publicarlo por cada rincón,
para que lo que escribes se haga eterno.
Con tus melodías de ternura,
con tu tacto de body milk,
y mi deseo me duermo.
Sígueme llenando cada instante de ti,
y que cada vez que te lea, una sonrisa nueva
despierte en mi.
Gracias por estar al otro lado,
por sentirme, por contagiarme,
termino escribiendo el comentario y me dejo llevar,
por tus caricias lejanas de terciopelo y recibo
besos y mordiscos dulces y delicados.
Solo para nosotros,
Pá tu rumba, pá la mia,
Pá tu arte extremeño.
Pá mis días tristes que
se convierten en alegres.
PÁ TU PIROPO CANALLA,
PÁ MI RECUERDO.
PARA TODOS/AS
Eran tus palabras, tus gestos,
tú cara, tu buena esperanza,
y mis mejores DESEOS.
Eran tus recuerdos,
tu sonrisa, tus manos,
tu momento presencial,
mi simpleza, mi maravilla y que
todos tus sueños se HAGAN REALIDAD.
Era tu ironía, tu nueva amiga,
tu falsedad, tu nueva ilusión,
encontrar ese nuevo detalle,
y sobre estas líneas deciros
que sois PARTE DE LA NAVIDAD.
Era mi timidez, mi dulzura,
vuestro susurro, una burbuja,
que solo os desea FELICES FIESTAS,
para todos/as los que estáis a mi
lado.
GRACIAS POR DEDICAR ESTO, CON TU PERMISO.
A tí, Beatriz María · Celsa Rodríguez Sanchez · Montijo
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Celsa Rodríguez Sanchez
Hoy escribo al día que te vio nacer, y a la noche que te vio morir. Escribo al invierno que, bajo su manto de niebla, te dio la vida el 29 de diciembre de aquel 1982 y al recién estrenado otoño que te hizo desaparecer al son del viento acompañado de sus hojas marrones, secas y ásperas, este 26 de septiembre de este mismo año. Escribo al sentimiento que creaste en la vida de todas esas personas que pasaron contigo veintisiete años, ocho meses y veintinueve días y al sentimiento que nació en nosotros cuando tu enorme corazón paró sus latidos, el aire se hacía invisible a tus pulmones y tus ojos se cerraron para siempre. Escribo a cada abrazo que regalaste, a cada beso que plantaste en el corazón de aquellos que te guardaron un sitio en él... Escribo a la vida que se fue, y al alma que quedó entre nosotros, escribo a esa niña con fuerza de mujer, escribo a esa mujer que se fue siendo niña. Escribo a un pasado lleno de recuerdos, a un presente que aún llora tu marcha, a un futuro amarrado a ese pasado. Escribo a esa mirada llena de felicidad, a esa sonrisa constante, a esas ganas de avanzar, a esa fuerza para levantarse. Escribo a las esperanzas que aún tengo de despertar, y a la realidad que cada mañana me despierta. Escribo a un abrazo ausente, a una última despedida, a un nuevo renacer. Escribo a los veintiséis de cada mes, y a la noche que lanza su manto dejado brillar esa estrella. Escribo al fin de una sonrisa, y al comienzo de una lágrima. Escribo a la rabia, al dolor, a la ausencia, hoy te escribo a ti, Beatriz María.