jueves, 27 de septiembre de 2012
EL VALOR DE SER FELICES POR UN RATITO
Se
levantó usted, muy bien acompañado, haciendo reír al viento, su oído atento
absorbía mis tímidas palabras.
Desayunó
con ese porte y ese característico sombrero, con su ingenua mirada, que nos
quedó eclipsadas.
Marchó,
pero quedó presente su estancia en el Hotel Silos.
Nos
enseñó el valor de ser felices por un ratito, más allá de la vida, mas alla de
la ausencia, mas allá del Avisador del Blog.
Simplemente,
cuando se vea gris, aprende a sonreír, y cuando la calma le arrebate, piense
en” La Simple Maravillada.”
**
dedicado a Pedro Montero, ese hombre que
me llenó de alegría, lucidez, para poder seguir escribiendo, admiración y
sobretodo reconfortada, por sus maravillosas palabras.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario