martes, 17 de enero de 2012
PARA TI PAPÁ
Entre las cosas más sencillas y cotidianas se escoden miles de gotas
de felicidad, abre las manos y deja que se te llenen de sueños, la palabra es
plata y el silencio es oro, ¿te
acuerdas?
¿Te acuerdas de esos días reconfortados por ti, de esa mujer re clamosa,
justa y agradable que pone todo su amor
en lo que hace, de esa otra hija inocente, generosa y llena de amistad que es
mi luz y mi camino, de esa suegra torpe, triste, esperando a que llegue lo no
deseado por nosotras de la compañía, y del coraje?
¿Te acuerdas de los fríos días y del inmenso calor, en aquella
esquina, con tantos cupones, esperando que llegara un día mejor…?
¿Te acuerdas, de ese banco sentado al atardecer, de esa paciencia y
de esos secretos contados sólo a ti?
¿Te acuerdas PAPÁ?, porque yo ya solo tengo recuerdos.
Recuerdos infinitos llenos de belleza,
entremezclados de nostalgia, con esta ausencia has trastocado nuestra alma y no
te imaginas la falta que nos haces, tú sabes que soy muy cobarde y que no se
seguir adelante, ayúdame desde el cielo a velar por nosotras, a cuidarnos con
el mismo gusto que yo lo hice, y que se me olvidó preguntarte si estabas bien a
mi lado, si tu princesa simple pero maravillada, que tú decías que no era tan
simple, te cuidó mal o tal vez no te trató como te merecías.
Lo que no se me olvidó PAPÁ, fue decirte que te quisimos mucho, que
adoraba sentirte a mi lado, no se te olvide donde quiera que estés a enseñarme
tu humildad, déjanos tu sabiduría, deja a tu alma cantar mientras ya descansas,
ya puedes amar libremente, estas ahí para cada una de nosotras. Para que te
conviertas en brillante oscuridad, en ángel sereno. Mándame si lo deseas, a un
hombre tan delicado, y bueno como tú y has que
nunca olvidemos esa dulce mirada que llevamos en nuestro corazón, borra
nuestros tristes suspiros, y esta melodía que no tiene retorno ni escapatoria.
Haz que todo este dolor se supere, con tu recuerdo, dame de ti aquel que fue tu
último aliento de paz.
PAPÁ, feliz horizonte, de una vida ya lograda, sé que al final de esta
senda hay una aurora blanca, como una rosa aislada en tu alma como todo lo que
tocabas, quédame tu sonrisa marcada, y tus caricias en este presente.
Cada pétalo de la cruz amarilla que te pusimos será una acción y
cada espina que contiene será una experiencia más.
A todos/as los que han compartido todo esto y han formado parte de
la vida de mi padre, mi más sincera y enorme gratitud.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario