martes, 10 de enero de 2012
MIENTRAS
Mi adorado
Richi, empezamos con miradas,
seguimos con
palabras, nos sentimos
con besos, y
nos perdimos con lágrimas.
Esas mismas
lágrimas que se me caen cada tarde,
cuando miro
por esa ventana de esta maldita Infanta Cristina,
de fondo el
río Guadiana, allí se refleja tu cara, al lado el cine Conquistadores, donde
solo veo tu risa, sólo tu recuerdo, aquellos besos que paseamos por aquellas
calles, intentando decir al mundo que todos esos besos se convertirían en
error.
Un error que
echo de menos,
me hundo con
la carga que llevo encima de este hospital, y es que mi Vida, hubiera querido
ser tu Cenicienta, pero tú sigues intentando hacer ese puzle que nunca acabas.
Mientras tú
te levantas, yo me hundo más y no te puedo contar que te quiero aunque guarde
silencio, que te pienso aunque no estés y que te amo aunque no pueda decírtelo,
esa maravilla tan maravillada que vivimos juntos, sin poder olvidar, sin
embargo este corazón esta desvelado, roto, agobiado… pero bendigo tu vida, tu
casa, te brindo honores y pido que la persona que este a tu lado sienta las
mismas sensaciones vividas por mí.
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